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Por Ernesché Rodríguez Asien
En la actualidad se hace cada vez más evidente cuán imprescindible resulta la integración económica, social y política, y las razones por las que los pueblos latinoamericanos deben unirse e independizarse del imperio y no cabe duda de que los bloques económicos nos afectan de una manera u otra en este empeño.
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La Unión Europea, por ejemplo, amenaza la competitividad de los Estados Unidos y Japón. Estos tres centros económicos, conocidos también como la famosa tríada, se protegen de la competencia extranjera aplicando nuevas medidas y leyes comerciales.
A los latinoamericanos se nos hace muy difícil competir en el ámbito internacional con nuestros productos, principalmente primarios, mientras dependemos de una gran producción manufacturera de alto valor agregado. Esto sin contar que, aunque los países subdesarrollados del mundo representamos aproximadamente el 85% de la población mundial, en tanto los países altamente industrializados solo representan el 15%, paradójicamente los subdesarrollados producimos menos del 25% del producto global.
Existe una serie de características estructurales esenciales que tipifican la homogeneidad de los países latinoamericanos subdesarrollados: El peso fundamental de la economía de la población económicamente activa está en la agricultura; son economías abiertas basadas en la exportación de un grupo reducido de productos, generalmente primarios, que constituyen la fuente primordial del ingreso del país y existe un bajo nivel de vida de la población, acompañado de elevados niveles de desempleo, analfabetismo, malnutrición y otros males sociales.
Aunque no podemos apartarnos en el análisis del hecho de que los países latinoamericanos son heterogéneos y homogéneos a la vez, conviene valorarlos en su conjunto. Esto no implica ignorar no son posibles trayectorias y modelos de desarrollo idénticos para todos. Si alguien dio una visión de lo que era el subdesarrollo fue el comandante Ernesto Che Guevara, quien empleando una original analogía señaló lo siguiente:
«Un enano de cabeza enorme y tórax henchido es subdesarrollado en cuanto a que sus débiles piernas o sus cortos brazos no articulan con el resto de su anatomía; es el producto de un fenómeno teratológico que ha distorsionado su desarrollo. Eso es que lo que en realidad somos nosotros, los suavemente llamados subdesarrollados, en verdad países coloniales, semicoloniales y dependientes.» 1
De estas palabras se deriva que el Che no vinculó la existencia del subdesarrollo a ningún fatalismo geográfico, sociológico ni psicológico; mucho menos lo redujo a una cuestión de pocos ingresos. Lo asoció a distorsiones en la economía y la sociedad de un determinado país, ocurridas a lo largo de todo un proceso histórico marcado por el colonialismo y el imperialismo, que bloqueó el camino de la industrialización, y con ella fueron alteradas las condiciones y formas de desarrollo futuro.
El subdesarrollo y el desarrollo hay que verlos desde el punto de vista multidimensional, pues no basta tener en cuenta la dimensión económica, sino que las dimensiones sociales, culturales, políticas y medioambientales, entre otras, son de crucial importancia.
El origen y la consolidación del subdesarrollo están ligadas a la conformación del modo de producción capitalista y a su expansión mundial. Es un fenómeno interno y externo a la vez. La socialización capitalista de la producción avanza tanto hacia lo interno de cada nación, como hacia el exterior. A través de la transnacionalización la socialización capitalista avanza hacia el exterior, proceso que, según su conveniencia, ha ido anexando de manera selectiva aquellos territorios, economías y sectores con menor grado de desarrollo, pero que garantizan la obtención de grandes sumas de ganancias al capital de los países centrales del sistema.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó una definición más abarcadora del subdesarrollo:
«El subdesarrollo es un fenómeno económico y social único y global. Es también, y sobre todo, un hecho político. Cada una de sus manifestaciones que se pueden aislar a los efectos de un examen, se integran, complementan y relacionan como elementos activos, esenciales y condicionantes del fenómeno general. Explotación y dependencia, pobreza y hambre, inseguridad y desempleo, insalubridad e ignorancia, son si se quiere, formas o enfoques para análisis de una realidad única que es el subdesarrollo, en cuya base no se encuentra más que un orden económico internacional injusto y una manifiesta desigualdad en la distribución de las riquezas, tanto entre las diversas naciones como dentro de muchas de ellas.»2
En el libro Las teorías acerca del subdesarrollo y el desarrollo: una visión crítica, obra de un colectivo de autores, se hace un profundo análisis del origen del subdesarrollo y se desglosa detalladamente la interrelación de obstáculos internos y externos al desarrollo.
Entre los obstáculos internos pueden identificarse las desigualdades pronunciadas en el ingreso y la riqueza [WINDOWS-1252?]—incluida muy especialmente la distribución de la propiedad de la [WINDOWS-1252?]tierra—, condicionadas por las relaciones de clase y de poder económico y político presentes en cada sociedad. También figura el pobre desarrollo y la ineficiencia de la infraestructura productiva y social, entendiendo por ello carreteras, electrificación, suministro de agua, instalaciones portuarias, sistemas de comunicación, etcétera.
Otros obstáculos serían un débil desarrollo de la organización del sistema bancario y el crédito; un sistema educacional inefectivo, incapaz de incorporar a todos los niños adolescentes y jóvenes, o con baja calidad; la influencia de concepciones discriminatorias hacia la mujer que, de hecho, sustraen a la mitad de la población de participar activamente a favor del desarrollo; una pobre dotación inicial de recursos naturales; la extensión de la corrupción dentro de las altas esferas gubernamentales y por último, la adopción de estrategias y políticas económicas inconsistentes.
Entre los obstáculos externos cabe destacar los relacionados con las empresas transnacionales: la división internacional del trabajo y el modo en que el país se inserta en el comercio internacional (por ejemplo, la monoexportación de productos primarios), así como normas establecidas por la OMC que no se correspondan con las posibilidades de los países subdesarrollados o de una parte de ellos; los regímenes de propiedad intelectual; el funcionamiento del sistema financiero internacional, incluido el FMI y el Banco Mundial, y las políticas económicas aplicadas por los países más desarrollados en cuanto al manejo de la Ayuda Oficial al Desarrollo, las tasas de interés, las barreras proteccionistas, etcétera.
Sin duda alguna, el imperialismo con su política rapaz ha tratado de absorber todos los mercados; mediante la globalización neoliberal busca proyectos de integración como el Área de Libre Comercio de las Américas ( ALCA), que «facilitaría» a las medianas y pequeñas empresas de los países miembros «competir en igualdad de condiciones» con las grandes transnacionales, cuyo papel protagónico lo tiene Estados Unidos.
En contraposición al ALCA se propone la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) que tiene desde su origen y por su destino, características opuestas como proyecto de integración. Para poder conocer las diferencias y propósitos de cada integración es fundamental verlas de forma independiente.
EL ALBA: la Integración justa
El ALBA, impulsado por el presidente venezolano Hugo Chávez en la Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe en el 2001, constituye una propuesta que se suma al despertar de la conciencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y militar en América Latina y el Caribe. Conforma, además, un modelo de integración económica de amplio alcance, que no se limita a lo comercial, sino que se dirige hacia la integración política, social, cultural, científica, tecnológica, entre otras, donde los derechos mercantiles no estarán por encima de los sociales. Como propuesta bolivariana y venezolana se suma a la lucha de los movimientos, de las organizaciones y campañas nacionales que se multiplican y articulan a lo ancho y largo de todo el continente contra el ALCA.
Entre los principios del ALBA está contemplado que el proceso de integración no tendrá a la economía como meta, tampoco se basa en el «libre comercio», puesto que se tienen en cuenta las características de industrialización de cada país, con la finalidad de ayuda y colaboración. La integración que propone el ALBA no es controlada ni dirigida por las transnacionales y Estados Unidos, su gobierno y sus empresas transnacionales, no cuentan para nada. La esencia del ALBA es de solidaridad y cooperación entre los pueblos. Se concibe que a través de sus medios masivos (Telesur) se promueva la información de los intereses latinoamericanos y caribeños, para romper el monopolio informativo del imperio.
El ALBA, no está pensada como un dogma, se basa en la creatividad y la flexibilidad, integrándose poco a poco con la voluntad política e ideológica de los países miembros. Esta fórmula de integración entra a funcionar en territorios en que no entra el ALCA. Gobiernos provinciales y municipales se benefician, ya que la política neoliberal ha provocado un desigual desarrollo territorial y el ALBA aplica proyectos sociales a territorios afectados por la desregulación.
Son muchos los ejemplos y larga la lista de los beneficios que traería el ALBA hacia América Latina y el Caribe.
Es importante destacar que como parte de la colaboración se crea PETROAMÉRICA, con el fin de unir a los países productores de petróleo y gas de la región para lograr una integración energética basada en la solidaridad entre los pueblos. Aunque Venezuela es uno de los mayores productores de petróleo del mundo y uno de los mayores exportadores, se destacan en la región países como México, Brasil, Ecuador, Argentina, Colombia y Bolivia. Por otra parte, se crea PETROCARIBE con el objetivo de brindar un trato diferenciado y especial a los países menos desarrollados. Es una organización que se basa en la cooperación económica y energética, pero que también contribuye a la protección del medio ambiente mediante la utilización de energía renovable.
Después de la Segunda Guerra Mundial surgieron las primeras teorías del subdesarrollo y desarrollo, con un enfoque equívoco y superficial de sus causas; en la mayoría de los casos se trató de dar solución a los desequilibrios estructurales que sufrían y sufren los países subdesarrollados, pero con el análisis desde lo interno, pues los primeros teóricos expresaban que el subdesarrollo tenía causas endógenas solamente, sin tener en cuenta las causas exógenas, que incluyen la expansión económica del imperialismo hacia los demás países haciéndolos colonias y neocolonias, las cuales tuvieron un papel decisivo en su deformación estructural industrial y en sus problemas sociales, convirtiéndolos en países dependientes.
El imperialismo busca nuevas formas de dominio para conseguir sus objetivos; es por ello que con el libre comercio trata de sacar ventajas del intercambio desigual. Muestra de ello se puede apreciar en el Plan Colombia y Plan Puebla-Panamá, con los cuales, bajo la apariencia de colaboración, Estados Unidos impone la dominación transnacional en territorios ricos en recursos naturales, con una exuberante biodiversidad, además de que poseen importantes reservas de gas y petróleo.
En la década de los 60 surgen otras teorías del subdesarrollo que le daban mayor importancia a las causas externas de este fenómeno. Asimismo, se hicieron grandes aportes a esta concepción, destacándose el intelectual Raúl Prebish, uno de los economistas más relevantes de América Latina, que hizo aportes científicos al problema del subdesarrollo de los países de la región, con su modelo teórico que denominó Centro-Periferia, en el cuál clasificó a los países desarrollados y subdesarrollados. A pesar de las limitantes de la Teoría de Prebish, él sí tenía claro que en el centro (países desarrollados) y la periferia (países subdesarrollados) existían estructuras económicas diferentes y que cada uno desempeñaba una función distinta en la economía mundial. Mientras que el centro vendía productos manufacturados de alta calidad tecnológica, los de la periferia fundamentalmente producían y vendían artículos primarios (alimentos y materias primas). Estas distintas funciones hacen que se acrecienten las diferencias estructurales entre ambos.
Es por ello que en el estructuralismo latinoamericano de Prebish la forma fundamental de salir del subdesarrollo y de la dependencia es mediante la transformación de la estructura productiva, el desarrollo tecnológico con la industrialización por sustitución de importaciones (ISI). También había que resolver los problemas más importantes del subdesarrollo de la economía de la periferia, que son: desempleo elevado, desequilibrio externo y deterioro de la relación de intercambio.
El estructuralismo hizo una fuerte crítica no marxista a los mecanismos de mercado, al mostrar la inconsistencia de los aparentes «beneficios mutuos» que resultaban del comercio de los desarrollados y subdesarrollados en el libre comercio a nivel mundial. El ALCA se beneficia a través del libre comercio, de los problemas estructurales de los países subdesarrollados mediante el desequilibrio externo y deterioro de la relación de intercambio que sufren estos países.
Otra de las teorías del desarrollo que se distinguen en la crítica contra el libre comercio es la Teoría de la Dependencia, donde se destaca el marxista africano Samir Amín, el cual utiliza como categoría central la «polarización», que plantea dos tipos de capitalismo: por un lado, un capitalismo desarrollado con un nivel de industrialización alto, donde existe una diversificación en su industria y producción, con productos manufacturados de alta tecnología y demanda; por otro, un capitalismo subdesarrollado, monoproductor, monoexportador y pluriimportador, dependiente del capitalismo desarrollado. El primero de los polos utiliza el segundo para expandirse económicamente y maximizar sus ganancias.
Amín propuso una estrategia para los países subdesarrollados, a la que el llamaba «desconexión» del sistema capitalista mundial. En esta estrategia critica la idea de que los países subdesarrollados tienen que adecuarse a la racionalidad económica establecida por la globalización neoliberal o, de lo contrario, se extinguirán. La «desconexión» de Amir se basa en la solidaridad y el internacionalismo; incluye y aglutina a varios países subdesarrollados, lográndose una desconexión colectiva.
El ALBA podría ser un ejemplo de desconexión colectiva; son varias las acciones que se están llevando a cabo, sobre todo entre Venezuela y Cuba, en la esfera de la salud, la educación, en la ayuda desinteresada en todos estos aspectos sociales y económicos.
El Banco del Sur: una unidad imprescindible
En la actualidad, existen diferentes formas de acuerdos entre los países con relación al comercio, pero los más habituales son la Zona de libre comercio (un acuerdo multilateral que permite la circulación libre de bienes, capitales y personas), Unión aduanera (adiciona a la zona de libre comercio un arancel externo común), Mercado común (más amplio que los anteriores, trata de implantar políticas macroeconómicas comunes o convergentes, como por ejemplo, que el gasto no puede superar más de un porcentaje estipulado del Producto Interno Bruto), Integración (además de los temas económicos, marcha hacia acuerdos políticos y culturales; el parlamento europeo y los poderes judiciales de la UE son ejemplos de ello).
En el marco del ALBA un ejemplo de integración de cooperación y solidaridad es la propuesta de la creación de un Banco del Sur, que desde la década de los 70 se trató de realizar sin poderse llevar a cabo, ya que para ello faltaba voluntad política. Ahora se retoma aquella idea y se impulsa con el presidente venezolano Hugo Chávez, el cual planteó que no sería un banco de desarrollo como los que ya existen, sino con características diferentes hacia sus países miembros.
Para la conformación de este banco Chávez hace un llamado a los países de la región con el fin de crear el capital inicial con una parte de las reservas internacionales de los países suramericanos, que han sido depositadas en bancos del mundo industrializado o en organismos internacionales.
La otra propuesta para el capital inicial del Banco del Sur fue la emisión, en noviembre de 2006, de un «Bono del Sur» entre Venezuela y Argentina por un valor de 1 000 millones de dólares. La propuesta de este banco servirá como instrumento de financiamiento de los países miembros para eliminar sus dependencias generadas por el endeudamiento externo y abolir las condiciones impuestas por los organismos internacionales.
En este sentido, Argentina y Brasil cancelaron sus deudas con el FMI en enero de 2006. En la Cumbre del MERCOSUR celebrada en julio de 2006 en Córdoba, Argentina, recibieron con agrado la propuesta argentina [WINDOWS-1252?]—presentada en la Reunión de Ministros de Economía y Presidentes de Bancos [WINDOWS-1252?]Centrales— de crear un Banco de Desarrollo del MERCOSUR para financiar proyectos de infraestructura y, a su vez, consolidar una estrategia financiera de la región. Además, con este banco se podría prescindir del Banco Mundial, del FMI y de las instituciones privadas de los países más industrializados.
Los objetivos principales de este banco serían: reducir la pobreza, promover la equidad social y lograr el crecimiento económico de los países de la región; además, en su calidad de agente impulsor del desarrollo económico y social, actuaría como entidad de financiamiento, capacitación y asistencia técnica. Para aportar capital y recibir ayuda hay que tener en cuenta las diferentes características individuales de los países miembros, por ejemplo: sus reservas internacionales disponibles, la situación de la balanza de pagos, la participación del comercio internacional, el Producto Interno Bruto, etcétera.
Consideraciones Finales
En 1987 surge en Kuala Lumpur la Comisión del Sur, bajo la dirección de Julius Nyerere, inolvidable luchador de Tanzania y del mundo. Esta comisión promueve la cooperación entre los pueblos del Sur y en la lucha contra la explotación imperial. En el informe de la Comisión del Sur sobre el concepto de desarrollo se expresa que los seres humanos tienen derecho a llevar una vida digna y de realización; que desarrollo es evolucionar sin opresión política, económica o social. Este informe refleja el rechazo a la anexión que hoy nos quiere imponer el ALCA, , pues los resultados de neocolonia que se pueden observar en los países latinoamericanos son nefastos.
Dentro de la Comisión Sur donde se hizo mayor énfasis fue en la cooperación Sur-Sur, que no es otra cosa que la cooperación entre gobiernos, empresas, sindicatos, instituciones de investigación, teniendo en cuenta la heterogeneidad de los países en desarrollo. El objetivo de la cooperación Sur-Sur es la ayuda mutua entre los países subdesarrollados, preservando los intereses comunes.
Son múltiples las acciones realizadas en este sentido y, aunque todavía son insuficientes, revisten una importancia vital para la región. Entre ellas que se destacan: Programa Especial para la Seguridad Alimentaría (PESA), Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) desde el Sur, transferencias de innovaciones, Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, entre otras.
Con la incorporación de Venezuela como miembro pleno al MERCOSUR se hace más sólida la integración de los países subdesarrollados de la región y surgen nuevas oportunidades y perspectivas de consolidación de la integración suramericana y de un Banco del Sur. Con el desarrollo del ALBA se cumpliría la misma línea de objetivos de la cooperación Sur-Sur, pero con un enfoque más integrador aún y con una voluntad política mucho más fuerte.
El Banco del Sur significaría el comienzo de una nueva etapa en el desarrollo de nuestros pueblos, pues sería un banco de nuevo tipo con características diferentes a los demás bancos de desarrollo existentes, ya que tendría como prioridad el de-sarrollo social por encima de cualquier otro factor.
Una vez más se pone de manifiesto que la forma de reducir considerablemente las secuelas del subdesarrollo o erradicarlo totalmente sería mediante la unión de nuestros pueblos en forma solidaria, buscando estrategias comerciales y económicas teniendo en cuenta como premisa fundamental su dimensión social.
La integración que propone el ALBA es justa, antianexionista y anticolonial, diferente a la «desintegración» que propone el ALCA.
Bibliografía
-CEPAL: Globalización y desarrollo. Santiago de Chile, 2000.
-CEPAL: Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2003.
-Comisión del Sur: Desafío para el Su. Fondo de Cultura Económica, México, 1990.
-Colectivo de autores: Las teorías acerca del subdesarrollo y el desarrollo. Una visión crítica. Cuba 2006.
-Cuesta J.: Acuerdo de libre comercio Estados Unidos-Centroamérica: preludio de la batalla por las Américas».
-Dos Santos, T.: La Teoría de la dependencia. Balance y perspectivas. Ed. Plaza y Janes, Argentina, 2003.
-Investigadores del CIEM: ALCA, proyecto neoliberal de anexión. Cuba, 2005.
-Martínez O.: ALBA y ALCA: el dilema de la integración y la anexión. Revista del Banco Central de Cuba.
-PNUD: Informe de Desarrollo Humano, 2003.
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